Sexto Domingo de Pascua
Te comparto la
reflexión correspondiente al Sexto Domingo de Pascua, sobre las lecturas de la
Biblia que se proclaman durante la Eucaristía de este día.
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Nota acerca de
la fecha: En el 2014, corresponde al Domingo 25 de
Mayo.
Libro de los Hechos de los Apóstoles
8,5-8.14-17.
Después de la muerte de Esteban, Felipe descendió a una ciudad de
Samaría y allí predicaba a Cristo. Al oírlo y al ver los milagros que hacía,
todos recibían unánimemente las palabras de Felipe. Porque los espíritus
impuros, dando grandes gritos, salían de muchos que estaban poseídos, y buen
número de paralíticos y lisiados quedaron curados. Y fue grande la alegría de
aquella ciudad. Cuando los Apóstoles que estaban en Jerusalén oyeron que los
samaritanos habían recibido la Palabra de Dios, les enviaron a Pedro y a Juan.
Estos, al llegar, oraron por ellos para que recibieran el Espíritu Santo.
Porque todavía no había descendido sobre ninguno de ellos, sino que solamente
estaban bautizados en el nombre del Señor Jesús. Entonces les impusieron las
manos y recibieron el Espíritu Santo.
Te
comparto algunas frases de este texto para ayudarnos a meditar:
- Al oírlo y
al ver los milagros que hacía, todos recibían unánimemente las palabras de
Felipe.
- Y fue grande
la alegría de aquella ciudad.
- Los
Apóstoles (…) les enviaron a Pedro y a Juan.
- Pedro y Juan
oraron por los samaritanos que se habían convertido para que recibieran el
Espíritu Santo.
Adicionalmente,
te comparto las siguientes reflexiones sobre esta lectura:
- A través del
libro de los Hechos, San Lucas nos propone el testimonio de Felipe, que
pertenecía al grupo de los 7 diáconos (de los cuales se habló en el capítulo
6). Felipe parece haber desarrollado un interesante servicio de evangelización,
al punto que la iglesia conservó algunos relatos provenientes de la tradición
oral de algunas comunidades cristianas. La iglesia puede aprender mucho de
Felipe, por ejemplo:
- su docilidad al Espíritu Santo,
- su capacidad para ir al encuentro
de aquellos a quienes se propuso evangelizar,
- su tacto para captar el proceso
que los otros están viviendo.
- Una inmensa preocupación por el
bienestar de las personas.
¿No son,
acaso, estas las características de un excelente pastor y de un buen
evangelizador? Estas características no pasan de moda. Necesitamos muchos
evangelizadores como Felipe.
- El texto
propuesto resalta de Felipe dos realidades que siguen siendo necesarias en la
vida de la iglesia y en el diálogo que la iglesia debe mantener con el mundo:
la calidad de su predicación y sus signos [curaciones y liberaciones].
Recordemos que Felipe se mueve por la región de Samaría, región a la que
llegaron algunos cristianos por causa de la persecución (de la que se habla en
Hechos 8, 1).
El texto resalta, además, otros rasgos interesantes
en la vida de la iglesia y la vivencia de la misión:
- La
solidaridad misionera y pastoral: Nos dice
el autor del libro de Hechos (Lucas) que: “Cuando los Apóstoles que estaban en
Jerusalén oyeron que los samaritanos habían recibido la Palabra de Dios, les
enviaron a Pedro y a Juan.” Se trata de una comunidad cristiana (la de
Jerusalén) que es capaz de dar apoyo solidario en la misión a otra que –en ese
momento lo requiere (la comunidad naciente en Samaría). Esta solidaridad
misionera y pastoral es algo que las iglesias particulares (diócesis) y las
parroquias (al interior de las diócesis) deben fortalecer aún más. Hay intentos
pero falta mucho por hacer. Todavía no pocas parroquias se manejan como feudos
y de lo que se trata es de vivir una experiencia eclesial en la que se perciba–
desde las prácticas – la noción real de CUERPO (Así lo dijo san Pablo en la
1ªCarta a los Corintios 12,27).
- La oración: Pedro y Juan seguramente ayudaron a evangelizar, pero el texto subraya
que – en un primer momento (y seguramente en muchos momentos) ellos oraron. La
oración aparece como soporte de la misión. Sin oración la evangelización se
transforma en activismo, se pierde la dimensión del Espíritu y termina
reduciéndose a una empresa simplemente humana. Se empiezan a colar otros
intereses: el deseo de poder, la búsqueda de prestigio, el interés por adquirir
fama, la tendencia a acomodarse y hacer del cargo confiado una fuente de
satisfacción económica, etc.
- La apertura
y el discernimiento: apertura y discernimiento de los cristianos de
Jerusalén para comprender que allí en Samaría, es decir, en esta población que
funcionaba con una lógica diferente a la de los judíos y cristianos de
Jerusalén, Dios estaba actuando y había procesos sinceros de conversión. Por
eso Pedro y Juan no tienen inconveniente en orar para que también sobre ellos
(sobre los nuevos cristianos oriundos de Samaría) viniera el Espíritu Santo.
Esta apertura discernida es hoy muy necesaria en la iglesia, especialmente en
lo que tiene que ver con la vivencia del ecumenismo y del diálogo
interreligioso (realidades de las que se habla mucho pero se hace más bien
poco).
- Notemos cómo
el relato del libro de los Hechos se va centrando en la presencia y en la
acción del Espíritu Santo: es Él quien, ahora, guía la Iglesia. Lucas, con su
relato, nos está diciendo que el Espíritu que guió a Jesús es el mismo que guió
a los Apóstoles y es, ahora, el mismo que guía la labor de Felipe. También es
el mismo que aún continua guiando a la Iglesia en la actualidad. Lo que se le
pide a la Iglesia (de ayer, de hoy y de siempre) es docilidad, disponibilidad y
obediencia a este Espíritu. Ah! No olvidemos que el Espíritu tampoco se agota
en la Iglesia: está presente en ella, pasa por ella, pero – como dijo el
evangelista Juan – “sopla donde quiere” (Juan 3, 8). Hay que ser respetuosos y
no caer en la falsa idea de que el Espíritu de Dios puede ser propiedad de un
grupo en particular. Casos ha habido…
Epístola I de San Pedro 3,15-18.
Por el contrario, glorifiquen en sus corazones a Cristo, el Señor. Estén
siempre dispuestos a dar razón de su esperanza a todo el que les pida
explicaciones. Pero háganlo con dulzura y respeto, y con tranquilidad de
conciencia. Así se avergonzarán de sus calumnias todos aquellos que los
difaman, porque ustedes se comportan como servidores de Cristo. Es preferible
sufrir haciendo el bien, si esta es la voluntad de Dios, que haciendo el mal. Cristo
murió una vez por nuestros pecados -siendo justo, padeció por los injustos-
para llevarnos a Dios. Entregado a la muerte en su carne, fue vivificado en el
Espíritu.
Te
comparto algunas frases de esta carta para ayudarnos a meditar:
- Estén
siempre dispuestos a dar razón de su esperanza a todo el que les pida
explicaciones. Pero háganlo con dulzura y respeto, y con tranquilidad de
conciencia.
- Se
avergonzarán de sus calumnias todos aquellos que los difaman, porque ustedes se
comportan como verdaderos servidores de Cristo.
- Es
preferible sufrir haciendo el bien que haciendo el mal.
Adicionalmente,
te comparto las siguientes reflexiones
sobre esta lectura:
- La carta nos
da indicios para percibir que los cristianos de ese momento (y a quienes
originalmente estaba dirigida la carta) viven en un clima de persecución, de
rechazo y de menosprecio. Son calumniados. Frente a esto Pedro no les pide irse
“lanza en ristre” contra sus perseguidores, sino concentrarse en la vivencia seria
de la fe, en el testimonio, en la calidad de su servicio y en los signos que
–en definitiva-son los que podían acreditar que ellos (los cristianos) no eran
una amenaza para los demás, para el imperio, sino una bendición para todos. Es
en este sentido que hay que entender la frase del comienzo de este pasaje:
“Glorifiquen en sus corazones a Cristo, el Señor. Estén siempre dispuestos a
dar razón de su esperanza a todo el que les pida explicaciones. Pero háganlo
con dulzura y respeto, y con tranquilidad de conciencia”.
- Pero en la
exhortación que hace Pedro en su Carta hay también un llamado a profundizar la
fe, mejor aún, la experiencia de seguimiento de Cristo en toda su complejidad:
“Estén siempre dispuestos a dar razón de su esperanza a todo el que les pida
explicaciones.” Es, sin duda, un llamado válido también para nosotros. En un
mundo complejo, diverso y crítico. En sociedades donde se mezclan las
propuestas religiosas de todo cuño con corrientes que desconfían de lo
religioso es importante que el creyente reflexione, medite, busque razones, dé
cuenta de su fe (esto es, de su esperanza). En un mundo crítico y complejo ya
no es suficiente la “fe del carbonero” (de que se hablaba hace algunas
décadas). Se requiere profundizar y dar piso a las opciones.
- Es
interesante la insistencia en la esperanza como si fuera esta uno de los
aspectos claves del modo de ser cristiano. Ser personas de esperanza, ser
capaces de dar esperanza es algo fundamental para el cristiano y para la
iglesia. Pero se trata de una esperanza cierta, verdadera y sólida. No se trata
de alimentar falsas esperanzas, no se trata de vender ilusiones. Es curioso que
– en una de sus cartas – san Pablo, al referirse a los paganos, habla de ellos
como de “gente sin esperanza” (Efesios 2, 12).
- El tema del
sufrimiento merece una atención especial. No se trata, obvio, del sufrimiento
por el sufrimiento (eso es masoquismo). Se trata, en el texto, del sufrimiento
que se deriva del amor por Jesucristo; del sufrimiento que brota del compromiso
con su proyecto de amor, de fraternidad y de justicia (Ver 1ª Pedro 3, 14).
- Lo que la
Carta quiere recordar a los cristianos (y es válida para los cristianos de
todos los tiempos) es que Jesucristo no es solo su Salvador sino su MODELO. Y
es en este seguimiento fiel de Jesús que rectitud de vida y sufrimiento pueden
encontrarse.
Evangelio
según San Juan 14,15-21.
Si ustedes me aman, cumplirán mis mandamientos. Y yo rogaré al Padre, y
él les dará otro Paráclito para que esté siempre con ustedes: el Espíritu de la
Verdad, a quien el mundo no puede recibir, porque no lo ve ni lo conoce.
Ustedes, en cambio, lo conocen, porque él permanece con ustedes y estará en
ustedes. No los dejaré huérfanos, volveré a ustedes. Dentro de poco el mundo ya
no me verá, pero ustedes sí me verán, porque yo vivo y también ustedes vivirán.
Aquel día comprenderán que yo estoy en mi Padre, y que ustedes están en mí y yo
en ustedes. El que recibe mis mandamientos y los cumple, ese es el que me ama;
y el que me ama será amado por mi Padre, y yo lo amaré y me manifestaré a
él".
Te
comparto algunas frases de este evangelio para ayudarnos a meditar:
- Si ustedes me aman, cumplirán mis mandamientos.
- El Padre les dará otro Paráclito para que esté siempre con ustedes.
- El Espíritu de la Verdad permanece con ustedes y estará en ustedes.
- Yo vivo y también ustedes vivirán.
Adicionalmente,
te comparto las siguientes reflexiones sobre esta lectura:
- En el
evangelio de Juan aparecen 5 anuncios que hace Jesús de la venida del Espíritu
Santo. El texto de hoy recoge el primer anuncio.
- En el
evangelio de Juan el Espíritu Santo recibe el nombre de paráclito, palabra
griega que significa muchas cosas al tiempo: abogado, intercesor, guía,
defensor, consolador, ayudante, asistente, sustentador, maestro, guía interior.
Por causa de esta riqueza semántica es mejor no traducir la palabra paráclito,
sino usarla conociendo de qué se trata.
- Notemos que
Jesús y el Espíritu son diferentes, pero los dos están en función de la misma
misión y el Espíritu está en la misma línea de Jesús: viene para confirmar y
completar el proceso.
- Es muy
interesante el hecho de afirmar que el Espíritu viene para permanecer, para
acompañar la vida de los creyentes, pero se requiere apertura, acogida y
docilidad por parte del discípulo de Jesús.
- En el
evangelio de Juan se nos revela algo interesante: Jesús se va, vuelve al Padre
Dios (Juan 17,11), pero no para desaparecer sino para reaparecer (volver) y
ejercer una nueva presencia, más plena, en la vida de los discípulos.
- Tanto la
presencia nueva de Jesús como la presencia del Espíritu Santo que asiste a la
iglesia y a cada creyente en particular transforman a una y a otros en templos
vivos. Esto es lo que encontramos desarrollado tanto en algunas cartas de san
Pablo como en las Cartas de Pedro.
Por último
te comparto comentarios adicionales sobre las lecturas anteriores:
- La palabra de Felipe, un misionero que lleva el
mensaje de Jesús a nuevas fronteras, es escuchada con atención porque hay
coherencia entre lo que dice y lo que hace.
- La palabra y el poder sanador de Felipe son motivo
de alegría para la comunidad samaritana.
- Para que una comunidad se mantenga firme en el
evangelio es necesario tener la fuerza y la gracia del Espíritu Santo.
- Tenemos la gracia de haber recibido el Espíritu
Santo a través del Bautismo y la imposición de las manos.
- El Espíritu Santo es el único que puede garantizar
el éxito de la misión.
- Discipulado, Espíritu y misión son las marcas que identifican al
misionero de Jesús.
- Pedro – en la Carta- exhorta a la comunidad a ser santa. La santidad
está siempre ligada al seguimiento de Jesús y a la experiencia del Espíritu. Es
necesario revisar el concepto de santidad que manejamos. El actual Papa
(Francisco) nos dice que la Iglesia necesita “santos de jeans” ¿Hemos entendido
de qué se trata? ¿Por qué nos dice esto? ¿No será, acaso, porque percibe que
muchos están manejando un concepto equivocado de santidad?
- La clave del verdadero seguimiento es el AMOR. Aprender a AMAR y Amar
efectivamente es la forma concreta de ser discípulo de Jesús hoy.
- Jesús teme por el futuro de sus discípulos y sabe que las fuerzas del
mal son poderosas. Por eso les asegura su presencia y la asistencia del
Espíritu. El don del Espíritu tiene estrecha relación con el aprendizaje del
AMOR, la lucha contra el mal y la difusión del Evangelio.
- Si el amor es la clave del seguimiento de Jesús, tendremos que
preguntarnos que estamos haciendo en nuestra vida y en nuestras comunidades
para impregnar el mundo de amor (no de cualquier amor, sino del amor al estilo
de Dios).
- El amor no es sólo cuestión de sentimientos. Es también una opción y un
ejercicio de la Voluntad. Si no fuera así ¿cómo entender el amor al enemigo,
que nos pide Jesús? El amor supone la dimensión afectiva de las personas; el
amor cristiano asume esto, pero va más allá, pues es una opción y una actitud de
vida ante el prójimo, sea amigo o enemigo.
- En la teología y en la espiritualidad Occidental el
Espíritu Santo fue relegado a un segundo plano. Sólo hasta hace algunas décadas
ha vuelto a captar la atención. Pero sin experiencia fuerte del Espíritu la
vida cristiana es imposible. ¿A qué se debe este olvido del Espíritu en nuestra
historia cristiana? ¿Qué consecuencias ha podido traer?
- El Espíritu
es la fuerza que nos capacita para cumplir la tarea que Dios nos asigna (tanto
a las personas como a las comunidades); “sin Espíritu, la religión se queda en
magia; con Espíritu se convierte en vida; ¿cómo celebra nuestra Iglesia los
sacramentos: como ritos mágicos, como celebraciones folclóricas?”
Terminemos nuestra meditación orando con el...
Salmo 66 (65)
¡Aclame al Señor toda la tierra!
¡Canten la gloria de su Nombre!
Tribútenle una alabanza gloriosa,
digan al Señor: «¡Qué admirables son tus obras!»
Toda la tierra se postra ante ti,
y canta en tu honor, en honor de tu Nombre.
Vengan a ver las obras del Señor,
las cosas admirables que hizo por los hombres.
El convirtió el Mar en tierra firme,
a pie atravesaron el Río.
Por eso, alegrémonos en él,
que gobierna eternamente con su fuerza.
Los que temen al Señor, vengan a escuchar,
yo les contaré lo que hizo por mí:
Bendito sea Dios,
que no rechazó mi oración
ni apartó de mí su misericordia.
Por último, te invito a que hagamos juntos la siguiente oración:
Dios,
Padre nuestro, que en Jesús de Nazaret, has hecho renacer nuestra esperanza de
un cielo nuevo y una tierra nueva; te pedimos que nos hagas apasionados
seguidores de su Causa, de modo que sepamos transmitir a nuestros hermanos, con
la palabra, con las obras y con el estilo de vida, las razones de nuestra fe y
la fuerza de nuestra esperanza.
¿Tienes alguna pregunta, duda, inquietud, sugerencia o comentario acerca de estas reflexiones?
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