Septimo Domingo del Tiempo Ordinario (ciclo A)
La siguiente es la reflexión correspondiente al
Septimo Domingo del Tiempo Ordinario (ciclo A) acerca las lecturas de la Biblia
que se proclaman durante la Eucaristía de este día.
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Nota acerca de la fecha: En el 2014, corresponde al Domingo 23 de
Febrero.
Libro
del Levítico 19,1-2.17-18.
El
Señor dijo a Moisés:
Habla en estos términos a toda la comunidad de Israel: Ustedes serán santos,
porque yo, el Señor su Dios, soy santo. No odiarás a tu hermano en tu corazón:
deberás reprenderlo convenientemente, para no cargar con un pecado a causa de
él. No serás vengativo con tus compatriotas ni les guardarás rencor. Amarás a
tu prójimo como a ti mismo. Yo soy el Señor.
Te comparto algunas reflexiones acerca de esta lectura:
- Ustedes serán santos, porque
yo, el Señor su Dios, soy santo: La llamada a la santidad aparece en este
texto con una absoluta claridad. El concepto de santidad fue evolucionando
a través de la historia espiritual de Israel (y, por supuesto, de la
Biblia). En el Nuevo Testamento aparece el mismo llamado con otra variante:
“sean misericordiosos como yo, su Padre, soy misericordioso”. Lo que Dios
quiere cuando nos pide ser santos es que seamos misericordiosos, que
seamos capaces de tener un corazón generoso para con todos, especialmente
para con los que sufren. En definitiva, la santidad y el amor (realmente
sentido y vivido) y la santidad son una misma realidad.
- No odiarás a tu hermano: el amor (la santidad)
excluye el odio, la venganza, el irrespeto hacia el (los) otro (s). Muchas
cosas suceden en el camino de la vida que pueden herirnos. El odio y la
venganza amenazan con instalarse en nuestro corazón. Dios nos invita
impedir que estos indeseables huéspedes entren. El corazón no es para
esto, sino para acoger y brindar hospitalidad al prójimo. Sería muy
interesante profundizar en aquello que puede significar una lógica y una
ética de la hospitalidad. El camino para llegar
a la santidad es el amor.
- Deberás reprender a tu
hermano convenientemente: En los evangelios encontramos una
orientación igual: la corrección fraterna. Somos responsables de las
personas que conviven con nosotros, de las personas que se cruzan en
nuestro camino. No podemos ser indiferentes. NO debemos negar nuestra
ayuda si ella es necesaria. Y, en este caso, se trata de orientar, de
corregir, de reprender. Estas prácticas parecen pasadas de moda para una
época en que el marcado acento en el individuo se puede transformar en
comportamiento caprichoso. Quizá por eso la educación familiar y escolar
está tan fragilizada. ¿Qué es entonces educar sin posibilidad de corregir,
de orientar? Pero hay que saber corregir, orientar y reprender. La palabra
convenientemente, que acompaña la afirmación no es un simple
adorno. La santidad está mediada por la
responsabilidad con el prójimo.
Carta
I de San Pablo a los Corintios 3,16-23.
¿No
saben que ustedes son templo de Dios y que el Espíritu de Dios habita en
ustedes?
Si alguno destruye el templo de Dios, Dios lo destruirá a él. Porque el templo
de Dios es sagrado, y ustedes son ese templo. ¡Que nadie se engañe! Si alguno
de ustedes se tiene por sabio en este mundo, que se haga insensato para ser
realmente sabio. Porque la sabiduría de este mundo es locura delante de Dios.
En efecto, dice la Escritura: Él sorprende a los sabios en su propia astucia, y
además: El Señor conoce los razonamientos de los sabios y sabe que son vanos. En
consecuencia, que nadie se gloríe en los hombres, porque todo les pertenece a
ustedes: Pablo, Apolo o Cefas, el mundo, la vida, la muerte, el presente o el
futuro. Todo es de ustedes, pero ustedes son de Cristo y Cristo es de Dios.
Te comparto algunas reflexiones acerca de esta lectura:
- ¿No saben que ustedes son templo
de Dios y que el Espíritu de Dios habita en ustedes?: Con
esta afirmación san Pablo está diciendo que cada persona es presencia concreta
de Dios en la historia humana. ¿Qué noción tenemos de templo? De manera
general templo es un lugar en el que se reconoce, se ama y se da culto a Dios.
Y san Pablo afirma que cada cristiano debe tomar conciencia de ser ese templo.
Se trata de templos vivos no de simples construcciones materiales frías. Una
construcción material, por muy bella que sea, ni reconoce, ni ama ni rinde
culto a Dios. Esto es propio de las personas, de las comunidades creyentes que
se reúnen en los templos materiales. En realidad, el templo es la
comunidad cristiana ¿Qué cambiaría si realmente cada persona considerara a la
comunidad como templo? La intención de Pablo, al
escribir su carta, es advertir a los cristianos sobre los peligros que acechan
ese templo (que es la comunidad) y que amenazan con destruirlo. Entre ellos
están: las divisiones, el comportamiento inmoral, el olvido de Cristo
crucificado, cimentar la iglesia en sabidurías simplemente humanas, la falta de
solidaridad con los marginados. Las personas son templo, esto es, el lugar
verdadero donde debemos dar culto a Dios; entonces, son las personas el lugar
privilegiado en donde toda nuestra fe se debe expresar.
- Porque la
sabiduría de este mundo es locura delante de Dios: en su Carta san pablo viene insistiendo
en el tema de la sabiduría. Una sabiduría que procede de Dios y que no procede
con los criterios mezquinos e interesados con que proceden – muchas veces – los
seres humanos. Se trata de la sabiduría del amor, que se expresa en
razonabilidad, comprensión, respeto, reconocimiento, solidaridad. El amor sitúa
a la persona en una perspectiva que le permite ver las cosas de manera
diferente: por eso el Padre espera al hijo pródigo de la parábola; por eso el
pastor arriesga dejar las 99 ovejas para ir a buscar a la que se extravió; por
eso Jesús es capaz de ver la generosidad de la anciana en el templo, aunque lo
que esté ofreciendo sean solo unas monedas… Y se nos pide que entremos en la
perspectiva del amor. Esta sabiduría es la manera correcta de vivir
Evangelio
según San Mateo 5,38-48.
Ustedes
han oído que se dijo: Ojo por ojo y diente por diente. Pero yo les digo que no
hagan frente al que les hace mal: al contrario, si alguien te da una bofetada
en la mejilla derecha, preséntale también la otra. Al que quiere hacerte un
juicio para quitarte la túnica, déjale también el manto; y si te exige que lo
acompañes un kilómetro, camina dos con él. Da al que te pide, y no le vuelvas
la espalda al que quiere pedirte algo prestado. Ustedes han oído que se dijo:
Amarás a tu prójimo y odiarás a tu enemigo. Pero yo les digo: Amen a sus
enemigos, rueguen por sus perseguidores; así serán hijos del Padre que está en
el cielo, porque él hace salir el sol sobre malos y buenos y hace caer la
lluvia sobre justos e injustos.
Si ustedes aman solamente a quienes los aman, ¿qué recompensa merecen? ¿No
hacen lo mismo los publicanos? Y si saludan solamente a sus hermanos, ¿qué
hacen de extraordinario? ¿No hacen lo mismo los paganos? Por lo tanto, sean
perfectos como es perfecto el Padre que está en el cielo.
Te comparto algunas reflexiones acerca de esta lectura:
- Ojo por ojo y diente por diente: Esta lógica, que corresponde a
la ley del Talión (del código de Hamurabi) pretendía evitar la retaliación
desmedida por un mal sufrido. En la lógica de Jesús hay que renunciar a la
venganza: el cristiano puede tener enemigos, pero él renuncia a ser enemigo
para otro(s). El cristiano entiende que el amor es incompatible con la
venganza. Claro, esta actitud no niega la necesaria responsabilidad social,
civil y política que debe ser asumida por las personas en relación con sus
acciones. Este amor propuesto por Jesús supera el
mandamiento antiguo (Lv 19,18) que permite implícitamente el odio al enemigo.
El verdadero amor no se limita a un grupo reservado de personas, sino que llega
a todos, incluso a los enemigos.
- Si
alguien te da una bofetada en la mejilla derecha, preséntale también la otra: Lo que se propone no es
volverse tonto, sino renunciar a responder en la misma lógica degradante, a
entrar en una espiral que degrade la relación o la interacción. Se trata de
mostrarle al otro (agresor) un camino superior, una lógica de vida
constructiva. Esta propuesta del amor a los enemigos
es propia de Jesús (del Evangelio). No es fácil, es quizá el amor humanamente
más inasequible y el tipo de amor racionalmente más difícilmente de justificar.
Pero, tal como está planteado por Jesús, no es algo optativo; es la esencia y
la expresión última del ser cristiano.
- Ustedes
han oído que se dijo (…) Pero yo les digo: Es interesante percibir en estas palabras de
Jesús algo que podría cambiar profundamente la sociedad y la educación: las
cosas no tienen por qué seguir siendo siempre iguales; las cosas pueden
cambiar; podemos ensayar otras maneras de vivir, de sentir, de hacer, de
pensar. No estamos condenados a quedar presos en prácticas, leyes y costumbres.
Lo que debemos hacer es examinarlas, reflexionarlas, ver su fuerza, su
contenido, su pertinencia, su capacidad de contribuir a la construcción de un
mundo mejor.
- “No podemos convivir
sin alimentar y suavizar continuamente los límites de nuestras relaciones. No
hay sociedad humana sin moral, sin derecho, sin ley, sin normas de convivencia.
Por su parte, la dimensión religiosa no podría no incluir esa dimensión esencia”.
Comentario
del Evangelio por San Francisco de Asís (1182-1226)
“Yo os digo: no devolváis mal por mal”
Dice el
Señor: "Amad a vuestros enemigos", [haced el bien a los que os odian,
y orad por los que os persiguen y calumnian] (Mt 5,44). En efecto, ama de
verdad a su enemigo aquel que no se duele de la injuria que le hace, sino que,
por amor de Dios, se consume por el pecado del alma de su enemigo. Y muéstrele
su amor con obras.
Hay muchos que, cuando pecan o reciben una injuria, con frecuencia acusan al
enemigo o al prójimo. Pero no es así, porque cada uno tiene en su poder al
enemigo, es decir, al cuerpo, por medio del cual peca. Por eso, bienaventurado
aquel siervo(Mt 24,46) que tiene siempre cautivo a tal enemigo entregado en su
poder, y se guarda sabiamente de él; porque, mientras haga esto, ningún otro
enemigo, visible o invisible, podrá dañarle.
Te comparto algunas preguntas para la reflexión:
1)
¿Qué ideas tiene el pueblo cristiano sobre la santidad?
2)
¿Qué imagen de santidad predomina en nuestra cultura cristiana
tradicional?
3)
¿La catequesis y la formación propuestas por la iglesia prepara, motiva,
orienta y fortalece en los cristianos el deseo de vivir y buscar la santidad?
Terminemos
nuestra reflexión orando con el...
Salmo
103(102)
Bendice
al Señor, alma mía,
alabe todo mi ser su santo Nombre.
Bendice, alma mía, al Señor,
y no olvides ninguno de sus beneficios.
El perdona todas tus ofensas
y te cura de todas tus dolencias.
El rescata tu vida de la tumba,
te corona de amor y de ternura.
El Señor es ternura y compasión,
lento a la cólera y lleno de amor;
No nos trata según nuestros pecados
ni nos paga según nuestras ofensas.
Como el oriente está lejos del occidente
así aleja de nosotros nuestras culpas.
Como la ternura de un padre con sus hijos
es la ternura del Señor con los que le temen.
Por último, te invito a que
hagamos juntos la siguiente oración:
Dios de amor, a quien reconocemos presente en
Jesús, el amor hecho persona. Ayúdanos a vivir a fondo este amor, a renunciar a
toda venganza y a buscar nuevas formas de vivir creativamente la llamada a la
santidad. Amén.
¿Tienes alguna pregunta, duda, inquietud, sugerencia o comentario acerca de estas reflexiones?
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