Te comparto la
reflexión correspondiente al Domingo 28 del Tiempo Ordinario Ciclo A 2017, sobre las
lecturas de la Biblia que se proclaman durante la Eucaristía de este día.
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Nota acerca de la fecha: En el 2017, corresponde al Domingo 15 de Octubre.
Las lecturas propuestas este domingo ponen de relieve el cuidado y protección de Dios. Usando distintas imágenes este es el tema clave: creemos en un Dios amoroso que tiene un proyecto, que ama y que tiene una propuesta para todos, sin exclusión.
Gozar del amor pleno de Dios es ‘El banquete del Reino’. Ese amor es permanente y fiel. Ese amor ya se ha revelado totalmente en Jesucristo. Ese amor nos ha sido dado en el Espíritu Santo, que vivifica y acompaña al creyente. Este banquete es un don (a nadie se le pide que lo prepare, sino que vaya, que lo aproveche); es un don gratuito de Dios, pero exige que cada persona sea capaz de aceptar la invitación que se le dirige y, llevar una vida coherente con el nivel existencial de esta invitación.
La primera lectura, elaborada desde la imagen de la viña, nos traslada a los relatos de la creación, en los cuales el mensaje fundamental se centra en 5 puntos:
1. El universo tiene su origen en Dios, Él quiso que existiera.
2. Este universo tiene un valor positivo porque surge de la voluntad amorosa y creadora de Dios.
3. Dios ha puesto todo su esmero en ese universo.
4. Ese plan creador de Dios llega a su punto culmen con el ser humano: criatura dotada de corazón (amor), cabeza (inteligencia), manos (capacidad de trabajo co-creador) y pies (capacidad para dar dirección a su vida).
5. Con todas estas características de que fue dotado Dios le encomienda una tarea especial: crecer y cuidar toda la obra creadora.
En la lectura de Isaías la atención se centra en 3 aspectos claves:
1. Lo que Dios prepara para la humanidad: Si los relatos de la creación nos hablan del origen, Isaías nos lanza hacia la meta. Para hablar de esta meta se vale de una metáfora: el festín, el banquete. De lo que se trata es de la plenitud, de la realización, de la comunión plena con Dios y con los demás. Dios prepara un banquete, un festín de plenitud y de felicidad. Recordemos que el acto de preparar supone pensar en el otro.
2. La importancia de vivir procesos que saquen a la gente de la oscuridad: la vida humana es un permanente aprendizaje. Hay muchas formas de oscuridad: la ignorancia es una de ellas. Y la mayor ignorancia es no conocer a Dios, no haber descubierto su voluntad amorosa. Hay que salir de esa oscuridad, por eso ‘hay que levantar el velo’. El velo no deja ver. La Alianza que Dios sella con la humanidad es para eso; y la ley (la instrucción) que Él ofrece es la sabiduría que el ser humano necesita para pasar de la oscuridad a la luz.
3. La vida como valor fundamental: es el valor de base, que hay que cuidar y proteger (Por eso, el anuncio del profeta es claro: Dios ‘aniquilará la muerte para siempre’). Necesitamos recuperar este valor; rescatar el sentido de la vida y diseñar estrategias que nos permitan pasar de la idea a la acción; de las buenas intenciones a las buenas prácticas. Este amor y respeto por la vida no se agota en la vida humana, se extiende a todas las formas de vida.
El texto del evangelio - también a través de la parábola del banquete (esta vez el banquete es de bodas)- nos vuelve a hablar de la gran meta: de la comunión plena con Dios, de la vida que no se acaba, de la realización plena de las personas, de la humanidad. La parábola (diseñada con el lenguaje y las imágenes de la época) es sugestiva. ¿Qué aspectos teológicos se vehiculan en ella?
1. El Reino de Dios: es decir, la presencia amorosa de Dios, que salva, que tiene una propuesta de realización para todos y que ya se hace presente en nuestras vidas.
2. La solicitud de Dios: vemos que vuelve a aparecer la idea de un trabajo intenso de preparación: ‘Tengo preparado el banquete, he matado terneros y reses cebadas, y todo está a punto. Venid a la boda.’ Un Dios que prepara e invita, y que espera de cada persona una respuesta. Este es el tema clave (hay que evitar perdernos en el ropaje de la parábola): la invitación de Dios y la respuesta humana.
3. Las excusas que inventamos: cuando no queremos comprometernos con algo buscamos excusas, nos volvemos expertos en justificaciones. Lo que la parábola pretende señalar es la cerrazón y la deficiente respuesta a la oferta divina: ‘Los convidados no hicieron caso; uno se marchó a sus tierras, otro a sus negocios; los demás les echaron mano a los criados y los maltrataron hasta matarlos.’ La parábola – en realidad – está planteando un tema de fondo: Aunque algunos (los primeros invitados) rechazan la propuesta de Dios, Él no desiste. Por el contrario, la oferta se abre a otros, a todos (malos y buenos), la única condición es que quieran hacer la experiencia. Notemos que – desde el punto de vista teológico – lo que está en juego aquí es si la salvación es para unos pocos o para todos. La respuesta es clara: es para todos.
4. Y ¿el traje?: Haber entrado no da derecho automático a permanecer en el banquete (recordemos que el banquete simboliza la plenitud, la salvación plena, la vida imperecedera). Para participar plenamente al banquete es necesario haber aceptado ponerse el “vestido de fiesta”. ¿Cuál es ese vestido de fiesta? El deseo de vivir la experiencia de comunión con Dios, la actitud de fe, la voluntad de responder honestamente a la propuesta de Dios (aunque haya deficiencias, imperfecciones y pecado), el esfuerzo constante y la actitud ética.
Finalmente, la carta que san Pablo dirige a los cristianos de la ciudad de Filipos y que, por extensión, es para todo creyente cristiano de cualquier época, pone el acento en dos aspectos:
1. La capacidad de adaptación como signo de inteligencia y de madurez: ‘Sé vivir en la pobreza y en la abundancia’.
2. La capacitación que recibimos de Dios para avanzar por el camino propuesto por Dios: ¿De dónde nos viene la fuerza? Pablo, que comparte su propia experiencia, nos dice que la saca de su relación con Cristo y de su total confianza en Dios Padre.
Al recoger todos los aspectos que hemos extraído de las lecturas resulta un interesante proyecto de vida. Es sobre este proyecto que debemos volver y concentrarnos en vivirlo de manera coherente.
El Señor preparará un festín, y enjugará las lágrimas de todos los rostros
Aquel día, el Señor de los ejércitos preparará para todos los pueblos, en este monte, un festín de manjares suculentos, un festín de vinos de solera; manjares enjundiosos, vinos generosos. Y arrancará en este monte el velo que cubre a todos los pueblos, el paño que tapa a todas las naciones. Aniquilará la muerte para siempre. El Señor Dios enjugará las lágrimas de todos los rostros, y el oprobio de su pueblo lo alejará de todo el país. -Lo ha dicho el Señor-. Aquel día se dirá: "Aquí está nuestro Dios, de quien esperábamos que nos salvara; celebremos y gocemos con su salvación. La mano del Señor se posará sobre este monte."
Todo lo puedo en aquel que me conforta
Hermanos: Sé vivir en pobreza y abundancia. Estoy entrenado para todo y en todo: la hartura y el hambre, la abundancia y la privación. Todo lo puedo en aquel que me conforta. En todo caso, hicisteis bien en compartir mi tribulación. En pago, mi Dios proveerá a todas vuestras necesidades con magnificencia, conforme a su espléndida riqueza en Cristo Jesús. A Dios, nuestro Padre, la gloria por los siglos de los siglos. Amén.
A todos los que encontréis, convidadlos a la boda
En aquel tiempo, de nuevo tomó Jesús la palabra y habló en parábolas a los sumos sacerdotes y a los ancianos del pueblo: "El reino de los cielos se parece a un rey que celebraba la boda de su hijo. Mandó criados para que avisaran a los convidados a la boda, pero no quisieron ir. Volvió a mandar criados, encargándoles que les dijeran: "Tengo preparado el banquete, he matado terneros y reses cebadas, y todo está a punto. Venid a la boda." Los convidados no hicieron caso; uno se marchó a sus tierras, otro a sus negocios; los demás les echaron mano a los criados y los maltrataron hasta matarlos. El rey montó en cólera, envió sus tropas, que acabaron con aquellos asesinos y prendieron fuego a la ciudad. Luego dijo a sus criados: "La boda está preparada, pero los convidados no se la merecían. Id ahora a los cruces de los caminos, y a todos los que encontréis, convidadlos a la boda." Los criados salieron a los caminos y reunieron a todos los que encontraron, malos y buenos. La sala del banquete se llenó de comensales. [Cuando el rey entró a saludar a los comensales, reparó en uno que no llevaba traje de fiesta y le dijo: "Amigo, ¿cómo has entrado aquí sin vestirte de fiesta?" El otro no abrió la boca. Entonces el rey dijo a los camareros: "Atadlo de pies y manos y arrojadlo fuera, a las tinieblas. Allí será el llanto y el rechinar de dientes." Porque muchos son los llamados y pocos los escogidos."]
Terminemos nuestra reflexión orando con el…
Habitaré en la casa del Señor por años sin término.
El Señor es mi pastor, nada me falta: / en verdes praderas me hace recostar; / me conduce hacia fuentes tranquilas / y repara mis fuerzas. R.
Me guía por el sendero justo, / por el honor de su nombre. / Aunque camine por cañadas oscuras, / nada temo, porque tú vas conmigo: / tu vara y tu cayado me sosiegan. R.
Preparas una mesa ante mí, / enfrente de mis enemigos; / me unges la cabeza con perfume, / y mi copa rebosa. R.
Tu bondad y tu misericordia me acompañan / todos los días de mi vida, / y habitaré en la casa del Señor / por años sin término. R.
¿Tienes alguna pregunta, duda, inquietud, sugerencia o comentario acerca de estas reflexiones?
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