En Defensa de la Fe


El Sacramento de la Confesión

El sacramento de la Confesión es la clave para entrar en el Reino de los Cielos. Jesús le dice a Pedro: “A ti te daré la llave del Reino de los Cielos; lo que ates en la tierra quedará atado en los Cielos y lo que desates en la tierra quedará desatado en los Cielos” (San Mateo 16, 19).




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El sacramento de la Confesión es la clave para entrar en el Reino de los Cielos. Jesús le dice a Pedro: “A ti te daré la llave del Reino de los Cielos"El sacramento de la Confesión es la clave para entrar en el Reino de los Cielos. Jesús le dice a Pedro: “A ti te daré la llave del Reino de los Cielos"






Comulgar, es decir recibir el cuerpo de Nuestro Señor Jesucristo en la Eucaristía, estando en pecado, constituye un grave sacrilegio.



Mi egoísmo es la raíz de mis pecados.


 

Por centrar mi vida en mí mismo (por mis falsas seguridades, por poner mi confianza en mí mismo, en otros o en “seguridades” del mundo), me he olvidado de Dios, me he olvidado de que Él es el dador de TODO en mi vida y por ello, TODO es gracia… porque yo no soy dueño de NADA ni tengo de suyo derecho a NADA.

 

Además, por centrar mi vida en mí mismo, me he olvidado de los demás.

 

Es así como llego a pecar de pensamiento, de palabra, de obra y por omisión.

 







Para que el sacramento de la Confesión  produzca los mayores frutos posibles debemos lograr alcanzar, entre otras cosas, lo siguiente:



Antes del Sacramento de la Confesión

1.       Tener el deseo (la actitud, el propósito sincero) de cambiar, de corregir los errores.

 

2.       Efectuar el mejor (el más profundo) examen de conciencia posible.










Luego del Sacramento de la Confesión

1.       Recordar que la absolución de nuestros pecados viene de Dios mismo, por lo cual debemos…

 

2.       Mantenernos agradecidos por la Misericordia de Dios y conservar en todo momento el arrepentimiento sincero, el propósito de enmienda (la contrición verdadera).

 

3.      Reparar, reparar, reparar (esto incluye, entre otras cosas, pedir perdón a quienes hemos ofendido, reparar el daño causado al otro, practicar la justicia y la caridad, alimentarnos con la Eucaristía y orar ante el Santísimo Sacramento lo más frecuentemente que nos sea posible, alimentarnos con la lectura de la Palabra de Dios).









Examen de conciencia

Presentamos a continuación dos guías, una breve y otra ampliada, para hacer un buen examen de conciencia (recomendamos estudiar la guía ampliada para alcanzar un examen de conciencia más profundo).








Guía breve

Esta guía fue elaborada teniendo como pauta los Diez Mandamientos:



[1] Yo soy el Señor tu Dios. No tendrás dioses extraños

  • ¿Le doy tiempo al Señor diariamente en oración?

  • ¿Busco amarle con todo mi corazón?

  • ¿He estado envuelto en prácticas supersticiosas o en algo que tiene relación con el ocultismo?

  • ¿Busco entregarme a la palabra de Dios como lo enseña la Iglesia?

  • ¿He recibido la Sagrada Comunión en estado de pecado mortal?

  • ¿He dicho deliberadamente en la confesión alguna mentira o le he omitido algún pecado mortal al sacerdote?





[2] No jurarás el Santo nombre del Señor en vano

  • ¿He usado el nombre del Señor en vano, ligera o descuidadamente?

  • ¿He llegado a sentirme enojado con Dios?

  • ¿Le he deseado el mal a alguna persona?

  • ¿He insultado a una persona consagrada o he abusado de algún objeto sagrado?





[3] Asistir a Misa todos los Domingos y fiestas de guardar
 

  • ¿He faltado deliberadamente a la misa dominical o de las fiestas de guardar?

  • ¿He tratado de respetar el domingo como un día de la familia y como día de descanso?

  • ¿Hago trabajos innecesarios el día domingo?





[4] Honrar a Padre y Madre

  • ¿Honro y obedezco a mis padres?


  • ¿He abandonado mis deberes para con mi esposa y mis hijos?


  • ¿Le he dado a mi familia buen ejemplo religioso?


  • ¿Trato de traer la paz a mi vida familiar?


  • ¿Me preocupo por mis parientes de edad avanzada o enfermos?





[5] No matarás

  • ¿He tenido algún aborto o he motivado a alguien para que lo tenga?

  • ¿He herido físicamente a alguien?

  • ¿He abusado del alcohol o de las drogas?

  • ¿Fui motivo de escándalo para alguien y de esa manera lo llevé al pecado?

  • ¿He estado enojado o resentido?

  • ¿He llevado odio en mi corazón?

  • ¿Me he practicado alguna mutilación con algún método de esterilización?

  • ¿He favorecido o me he puesto a favor de la esterilización?





[6] No cometer adulterio

  • ¿He sido fiel a los votos de mi matrimonio en pensamiento y en acciones?

  • ¿He tenido alguna actividad sexual fuera de mi matrimonio?

  • ¿He usado algún método anticonceptivo o algún método de control artificial de natalidad durante mi matrimonio?

  • ¿Ha estado cada acto sexual de mi matrimonio abierto a la procreación?

  • ¿He sido culpable de masturbación?

  • ¿He buscado controlar mis pensamientos?

  • ¿He respetado todos los miembros del sexo opuesto, o he pensado de los otros como si fueran objetos?

  • ¿He tenido actividades homosexuales?

  • ¿Busco ser casto en mis pensamientos, palabras y acciones?

  • ¿Me cuido de vestir modestamente?





[7] No hurtar

  • ¿Me he apropiado de lo que no es mío?

  • ¿He regresado o he hecho restitución de lo que he robado?

  • ¿Desperdicio el tiempo en el trabajo, en la escuela o en la casa?

  • ¿Hago apuestas, privando así a mi familia de la satisfacción de sus necesidades?

  • ¿Pago mis deudas prontamente?

  • ¿Busco compartir lo que tengo con los pobres?





[8] No levantar falsos testimonios ni mentir

  • ¿He mentido?

  • ¿He sido chismoso?

  • ¿He hablado a las espaldas de alguien?

  • ¿He sido sincero en mis negocios con otros?

  • ¿Soy crítico, negativo o falto de caridad en mis pensamientos acerca de los demás?

  • ¿Mantengo secreto lo que debería ser confidencial?





[9] No desear la mujer del prójimo

  • ¿He consentido pensamientos impuros?

  • ¿Los he originado a través de lecturas, películas, conversaciones o curiosidad impuras?

  • ¿Busco controlar mi imaginación?

  • ¿Tan pronto me surgen pensamientos impuros o tentaciones, me pongo a rezar con el fin de desvanecerlos?





[10] No desear los bienes ajenos

  • ¿Soy envidioso de lo que pertenece a otros?

  • ¿Siento envidia de otras familias o de las posesiones de otros?

  • ¿Soy ambicioso o egoista?

  • ¿Son las posesiones materiales el propósito de mi vida?

  • ¿Confío en que Dios cuidará de todas mis necesidades materiales y espirituales?





Esta guía tiene Imprimatur dada por + Francis Cardinal Spellman Arzobispo de New York y Nihil Obstat dado por John M.A. Fearns, S.T.D Censor Librorum.









Ir a la guía ampliada para hacer un buen examen de conciencia









Reflexiones y enseñanzas sobre el sacramento de la Confesión

Las reflexiones y enseñanzas a continuación, sobre el sacramento de la Confesión, son pronunciadas por el P. Justo A. Lofeudo, MSE, a la luz del Magisterio y del Catecismo de la Iglesia Católica.

 

<<El nombre de este sacramento

 

 1423 Se le denomina sacramento de Conversión porque realiza sacramentalmente la llamada de Jesús a la conversión (cf Mc 1,15), la vuelta al Padre (cf Lc 15,18) del que el hombre se había alejado por el pecado.

 

 Se le denomina sacramento de la Penitencia porque consagra un proceso personal y eclesial de conversión, de arrepentimiento y de reparación por parte del cristiano pecador.

 

1424 Se le denomina sacramento de la Confesión porque la declaración o manifestación, la confesión de los pecados ante el sacerdote, es un elemento esencial de este sacramento. En un sentido profundo este sacramento es también una "confesión", reconocimiento y alabanza de la santidad de Dios y de su misericordia para con el hombre pecador.

 

Se le denomina sacramento del Perdón porque, por la absolución sacramental del sacerdote, Dios concede al penitente "el perdón [...] y la paz" (Ritual de la Penitencia, 46, 55).

 

Se le denomina sacramento de Reconciliación porque otorga al pecador el amor de Dios que reconcilia: "Dejaos reconciliar con Dios" (2 Co 5,20). El que vive del amor misericordioso de Dios está pronto a responder a la llamada del Señor: "Ve primero a reconciliarte con tu hermano" (Mt 5,24)>>.






















Estas son algunas de las reflexiones sobre el sacramento de la Confesión que el P. Lofeudo nos comparte en el anterior video:


 

  • En el sacramento de la Confesión podemos palpar la Misericordia de Dios. Acudimos arrepentidos a su Misericordia.

 

  • La conversión es un proceso que finaliza cuando termina nuestro paso por esta vida terrena.

 

  • Se trata de la conversión del corazón: romper con el pecado, sentir repugnancia por las malas acciones y tener una firme resolución de cambiar de vida.

 

  • Dios es quien nos convierte. La conversión es una gracia de Dios.

 

  • Al confesarnos debemos asumir la responsabilidad por nuestras faltas (no tratemos de justificarnos).

 

  • Debemos confesarnos por lo menos una vez al mes.

 

  • Recordemos que el llamado de San Juan Bautista fue precisamente a la conversión.

 

  • Esto nos debe conducir a decidirnos por un camino de santidad.









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