¿Somos conscientes de la Providencia constante de Dios en nuestras vidas?
Y, en particular, ¿somos conscientes de cuántas veces Dios ha intervenido en nuestras vidas para impedir que sigamos cometiendo tal o cual pecado que nos está llevando derecho al Infierno?
… tenemos la gracia de obtener el perdón que Dios nos concede si acudimos a la Confesión con corazón arrepentido y propósito de enmienda.
Sin embargo, ¿cuántas veces sucede que, por nuestra naturaleza caída, nuestro propósito de enmienda no es lo suficientemente sólido como para no volver a caer en el mismo pecado?
Esto nos lleva, desgraciadamente, a que busquemos la manera de volver a caer en aquel pecado que pone en grave peligro la salvación de nuestra alma.
…en un acto de Su gran Misericordia, ¡interviene en nuestras vidas y nos impide volver a caer!
Gracias a Su Providencia, nos ayuda a recapacitar, a tomar conciencia del mal que queremos seguir cometiendo y del grave peligro para nuestra alma.
¡Dios ha evitado que caigamos definitivamente en el Abismo!
Y, cuando nos damos cuenta, ¿le damos las gracias por tan inmenso amor, al haber impedido que siguiéramos poniendo en riesgo nuestra Salvación Eterna?
Aprovechemos la explicación que, a propósito de la misericordiosísima Providencia de Dios para impedir que nuestra alma se condene, nos brinda Monseñor Fernando Altamira a la luz de la Parábola del Hijo Pródigo.
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