¿Existe una conexión lógica entre el culto a la Pachamama y la Declaración de Abu Dabi "sobre la Fraternidad Humana por la Paz Mundial y la Convivencia Común"?
Así lo denuncia categóricamente Monseñor Athanasius Schneider,
obispo auxiliar de Santa María de Astaná (Kazajstán), en una entrevista publicada
por el portal Adelante la Fe el 27 de marzo de 2020.
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Como
es de conocimiento general, durante el Sínodo de la Amazonía, que se llevó a
cabo en Roma entre el 6 y el 27 de octubre de 2019, el Papa Francisco presidió varias
ceremonias enmarcadas dentro de un culto idolátrico a la así llamada Pachamama.
A propósito de la denuncia, en el artículo publicado por Adelante la Fe, leemos lo siguiente:
“El 27 de octubre, Monseñor Athanasius Schneider ofreció una crítica muy
completa de este culto pagano, demostrando la conexión lógica - e ideológica -
que lo vincula con la Declaración de Abu Dabi "sobre la Fraternidad Humana
por la Paz Mundial y la Convivencia Común", firmada conjuntamente por
Francisco y el Gran Imam de Al-Azhar, el 4 de febrero de 2019”.
“El
obispo auxiliar de Astaná (Kazajstán) escribe sin rodeos:
<<La frase del
documento de Abu Dabi, que expone lo siguiente: 'El pluralismo y la diversidad de religión, color, sexo,
raza e idioma son una sabia voluntad divina, por la cual Dios creó a los seres
humanos', encontró
su realización práctica en las ceremonias de la veneración de las estatuas de
madera, que representan deidades paganas o símbolos culturales indígenas de
fertilidad. Esta es la consecuencia práctica lógica de la declaración de Abu
Dabi>>".
"En
Abu Dabi, el Papa Francisco declaró por escrito que todas las religiones son el
resultado de la <<sabia voluntad de Dios>>. A pesar de la corrección fraterna que le presentó
en persona y por escrito Monseñor Athanasius Schneider, el papa Francisco
ordenó que su declaración herética se enseñara en las universidades pontificias
y que se creara una Comisión especial para difundir este grave error doctrinal”.
"De acuerdo con esta doctrina
aberrante, no resulta sorprendente que el paganismo y la idolatría también
formen parte de las religiones deseadas por Dios. El Papa nos lo mostró y lo
implementó personalmente, profanando los Jardines del Vaticano y la Iglesia de
Santa María en Traspontina, profanando la Basílica de San Pedro y la misa de
clausura del sínodo al colocar sobre el altar de la confesión esta figura
idólatra, estrechamente relacionada con la Pachamama".
“El prelado romano señala que <<el pontificado del Papa Francisco está plagado de actos sensacionalistas destinados a socavar doctrinas, prácticas y estructuras que hasta ahora se consideraban consustanciales con la Iglesia católica>>”.
“El 12 de noviembre, se publicó una Protesta contra los actos sacrílegos del papa Francisco, con fecha del 9 de noviembre, traducida a siete idiomas y firmada por un centenar de clérigos y académicos. En ella se lee:
<<El Papa Francisco... confirmó la
declaración no corregida de Abu Dabi al implementar un ‘comité interreligioso’,
que recibió el nombre oficial de ‘Alto Comité’, ubicado en los Emiratos Árabes
Unidos, para promover los ‘objetivos’ del documento; y al promover una
directiva del Pontificio Consejo para el Diálogo Interreligioso dirigida a los
responsables de todos los institutos católicos de educación superior, e
indirectamente a los profesores universitarios católicos, donde se les pedía
que garantizaran ‘la mayor difusión posible del Documento’, que incluye la
afirmación no corregida de que Dios quiere que exista la ‘diversidad de
religiones’ tanto como quiere ‘la diversidad de colores, géneros, razas e
idiomas’>>”.
“Asimismo, la Protesta recuerda lo siguiente: <<Todo culto de adoración rendido a una persona o cosa distinta al único Dios verdadero, la Santísima Trinidad, constituye una violación del primer mandamiento>>.
Cualquier
participación, sin importar la forma, en la veneración de ídolos está condenada
por este mandamiento y constituye un pecado objetivamente grave,
independientemente de la culpa subjetiva, de la cual solo Dios es juez”.
“San Pablo enseñó a la Iglesia primitiva que el sacrificio ofrecido a los ídolos paganos no se ofrecía a Dios sino a los demonios, como lo afirma en su primera carta a los corintios:
‘¿Qué es, pues, lo
que digo? ¿Que lo inmolado a los ídolos es algo? ¿O que el ídolo es algo? Al
contrario, digo que lo que inmolan [los gentiles], a los demonios lo inmolan, y
no a Dios, y no quiero que vosotros entréis en comunión con los demonios. No
podéis beber el cáliz del Señor y el cáliz de los demonios. No podéis
participar de la mesa del Señor y de la mesa de los demonios’ (1 Cor 10, 19-21)”.
No dudamos de que Dios Padre, en Su Infinita Misericordia, ante tan repetidos actos de apostasía que quieren socavar la Iglesia, nos ha enviado un llamado desde el cielo: El Coronavirus y la enfermedad derivada que ha sido denominada Covid-19.
Ante tal llamado, ¿Cuál es nuestra respuesta? ¿Vamos a recapacitar y a corregir el rumbo de nuestras vidas, reencaminándolas hacia Dios, teniendo a Jesucristo como nuestro único Camino, como la Verdad y como la Vida (el acceso a la Vida Eterna en el cielo)?
O, por el contrario, en vez de buscar lo que verdaderamente importa, la
salvación de nuestra alma, ¿vamos a dejar pasar esta oportunidad que Dios no da
de volvernos a Él y, en cambio, vamos a esperar pasivamente a que aparezca el “salvador”
humano con la vacuna que “salve” nuestro cuerpo del Covid-19? ¿Será que no
vamos a ser capaces de entender esta señal de los tiempos y de volvernos a
Dios?
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surgimiento del Coronavirus y su relación con el Sínodo de la Amazonía"
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