Te comparto la reflexión correspondiente a la Fiesta de la Transfiguracion del Señor, sobre las lecturas de la Biblia que se proclaman durante la Eucaristía de este día.
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Nota acerca de la fecha: En el 2017, corresponde al Domingo 6 de Agosto.
Hoy se nos invita a meditar de manera especial el relato de la transfiguración de Jesús. Recordemos que hay que hacer interpretación de estos relatos. Si no lo hacemos nos quedaremos con visiones e ideas fantásticas, pero que poco hablarán a la vida.
Notemos que, en el relato, la voz del cielo (como sucede también en el relato del Bautismo) anuncia que Jesús de Nazaret es el Hijo de Dios, el mesianismo, el Siervo de Dios esperado.
Notemos que el mesianismo aparece como columna vertebral de los relatos evangélicos. Pero ¿Qué tipo de Mesías y de Mesianismo se revela en Jesús? Los textos del Nuevo Testamento insisten, al hablar de Jesús, en que su mesianismo se inscribe en la lógica del Siervo de Dios que sufre por la salvación del pueblo (de la humanidad). De este Siervo nos habló el profeta Isaías.
A partir de esta lógica, el
servicio es una de las características de la identidad cristiana: “No
vine para ser servido, sino para servir y dar la vida…” El creyente
cristiano está llamado a servir. Nos corresponde la tarea de discernir a
quiénes, en qué, dónde y cómo.
Su vestido era blanco como nieve
Durante la visión, vi que colocaban unos tronos, y un anciano se sentó; su vestido era blanco como nieve, su cabellera como lana limpísima; su trono, llamas de fuego; sus ruedas, llamaradas. Un río impetuoso de fuego brotaba delante de él. Miles y miles le servían, millones estaban a sus órdenes. Comenzó la sesión y se abrieron los libros. Mientras miraba, en la visión nocturna vi venir en las nubes del cielo como un hijo de hombre, que se acercó al anciano y se presentó ante él. Le dieron poder real y dominio; todos los pueblos, naciones y lenguas lo respetarán. Su dominio es eterno y no pasa, su reino no tendrá fin.
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El libro de Daniel nos recuerda que el antiguo pueblo de Israel se encontraba en un proceso de helenización (la cultura griega se extendía y buscaba imponerse a los pueblos y países que iba encontrando a su paso y, al extenderse imponía nuevas formas de vivir). Esto trajo una crisis profunda de identidad en quienes vivían las costumbres, las tradiciones y la fe en clave judía.
La postura griega arreció y lo que era expansión cultural se transformó en imposición cultural y en persecución contra quienes no aceptaban esta política de sometimiento. El pueblo de Israel guardó en su memoria histórica la dura represión de Antíoco IV Epífanes. En este contexto surgen varios libros, que encontramos, hoy, en el Antiguo Testamento, entre ellos el libro de Daniel, que leemos hoy. El autor retomó acontecimientos nefastos del pasado, estableciendo un paralelo con lo que estaba sucediendo, y, mediante este recurso, se propuso animar al pueblo a resistir, a conservar su identidad, a conservar las tradiciones a permanecer fiel a la fe judaica yahvista.
La segunda parte del libro (a la que pertenece la lectura propuesta, hoy) usa el llamado género apocalíptico, pero el objetivo es el mismo: animar, sostener, orientar. “Los símbolos que utiliza el profeta Daniel se inspiran en la apocalíptica judía del siglo III a. C. La apocalíptica intentaba presentar las grandes opciones de Dios para el presente mediante símbolos litúrgicos, cósmicos y sobrenaturales. El blanco representa la máxima santidad, la presencia divina. Los tronos simbolizan la capacidad para gobernar la historia. El hijo del hombre, un ser humano capaz de hacer realidad la voluntad de Dios.” (Servicios Koinonia)
Se resaltan aquí algunas ideas:
1. El anciano de la visión es Dios.
2. Las multitudes que le sirven son los justos que permanecen fieles.
3. Los libros hacen referencia al plan de Dios, a su voluntad, a su proyecto de salvación.
4. El ‘hijo de hombre’ es el rey mesiánico esperado en la fe judía. Más adelante, los cristianos identificarán a este rey mesiánico con Jesús de Nazaret.
Su rostro resplandecía como el sol
En aquel tiempo, Jesús tomó consigo a Pedro, a Santiago y a su hermano Juan y se los llevó aparte a una montaña alta. Se transfiguró delante de ellos, y su rostro resplandecía como el sol, y sus vestidos se volvieron blancos como la luz. Y se les aparecieron Moisés y Elías conversando con Él. Pedro, entonces, tomó la palabra y dijo a Jesús: "Señor, ¡qué bien se está aquí! Si quieres, haré tres tiendas: una para ti, otra para Moisés y otra para Elías." Todavía estaba hablando cuando una nube luminosa los cubrió con su sombra, y una voz desde la nube decía: "Éste es mi Hijo, el amado, mi predilecto. Escuchadlo." Al oírlo, los discípulos cayeron de bruces, llenos de espanto. Jesús se acercó y, tocándolos, les dijo: "Levantaos, no temáis." Al alzar los ojos, no vieron a nadie más que a Jesús, solo. Cuando bajaban de la montaña, Jesús les mandó: "No contéis a nadie la visión hasta que el Hijo del hombre resucite de entre los muertos."
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Para lograr una mejor comprensión del relato de la Transfiguración es importante tener una visión unitaria del evangelio de Mateo, a fin de conectar este episodio con el del Bautismo (Mt 3,13-17). En las dos narraciones hay algunos puntos comunes:
Además de lo anterior, en el episodio de la Transfiguración se destacan varios procesos:
1. Un proceso de desplazamiento espiritual (salida del lugar en que se está y ascenso al monte): ir al encuentro de Dios.
2. El proceso de transformación-revelación de Jesús: recordemos que la blancura es la manera de insistir (simbólicamente) en la pertenencia a Dios. Todo Jesús se hace blanco. Esto significa que todo Él es de Dios y que Dios se deja ver en la totalidad de su vida. Jesús, es – por tanto – el ‘lugar’ humano donde Dios se revela (se deja conocer) plenamente.
3. El encuentro de Moisés y Elías, que hablan con Jesús. Recordemos que estos dos personajes del Antiguo Testamento representan la totalidad de la experiencia religiosa judía anterior a Jesús. Pero notemos que son ellos dos quienes se dirigen a Jesús y hablan con Él. Es la manera de decirnos que todo el camino andado, hasta ese momento, apunta a Jesús y, también, que - en Jesús - ese camino adquiere su pleno sentido. Dicho en términos bíblicos: Jesús es el sentido pleno y la razón de ser del Antiguo Testamento.
4. Igualmente, recordemos que Moisés simboliza la ley o instrucción y Elías simboliza la guía e inspiración profética. Instrucción y guía profética son siempre necesarios en la vida espiritual. Tanto la instrucción (ley) como la actividad de los profetas tienen un punto de encuentro común: la alianza con Dios. La ley y los profetas son para que el pueblo permanezca fiel a la alianza que Dios ha hecho con él. De igual manera, si entendemos que – en cristiano – el bautismo es una alianza, esta lectura nos está invitando a avivar, fortalecer y vivir a fondo la alianza con Dios.
Lo que se nos quiere decir es que la vida cristiana es (y debe ser) una vida transfigurada, en el sentido de ser una vida:
Jesús te invita todos los días a subir la montaña con Él. Déjate
transfigurar.
Esta voz del cielo la oímos nosotros
Queridos hermanos: Cuando os dimos a conocer el poder y la última venida de nuestro Señor Jesucristo, no nos fundábamos en fábulas fantásticas, sino que habíamos sido testigos oculares de su grandeza. Él recibió de Dios Padre honra y gloria, cuando la Sublime Gloria le trajo aquella voz: "Éste es mi Hijo amado, mi predilecto." Esta voz, traída del cielo, la oímos nosotros, estando con Él en la montaña sagrada. Esto nos confirma la palabra de los profetas, y hacéis muy bien en prestarle atención, como a una lámpara que brilla en un lugar oscuro, hasta que despunte el día, y el lucero nazca en vuestros corazones.
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La segunda lectura, atribuida al apóstol Pedro, es una de las pocas lecturas litúrgicas pertenecientes al último escrito, cronológicamente hablando, del Nuevo Testamento. El interés de su autor es animar a los cristianos a permanecer fieles a Jesús y al evangelio predicado por Él. Este evangelio está centrado en tres pilares: 1) la filiación a Dios, 2) la práctica del amor y 3) la construcción de la fraternidad. Recordemos que, a finales del primer siglo, algunas comunidades cristianas están siendo perseguidas y muchos cristianos abandonan la fe. Además, algunas ideas y corrientes de pensamiento están provocando algunas desviaciones al interior de las mismas comunidades. La intención del autor es animar a los cristianos y reorientarlos.
Ya, para esta época, los cristianos han podido reflexionar sobre la resurrección y sobre su seguimiento de Cristo resucitado, de modo que la experiencia pascual es el centro de su fe. El autor de la carta insiste a los cristianos que la persona de Cristo, su muerte y resurrección no son inventos ni mitos ni fábulas. Ha sido una experiencia real y transformadora, de la cual los apóstoles (cristianos de la primera hora) han dejado sus testimonios. Jesucristo es, entonces, el fundamento de la vida presente del cristiano y de la Iglesia. Sin Jesucristo la fe pierde su savia. La vida cristiana consiste, entonces, en conocerlo, dejarse amar por Él, amarlo de corazón y vivir su ‘mandamiento del amor’.
Para seguir meditando:
1. ¿Cómo aprovechamos la palabra (las enseñanzas) de Jesús en medio de las dificultades?
2. ¿Sabemos conectar el estar con Jesús en la montaña (la vida espiritual, la oración) con el ir con Jesús a la base de la montaña, al encuentro con la gente, con la vida, desde la cotidianidad?
3. ¿Qué hago (hacemos) para afinar nuestro ‘oído espiritual’ para escuchar a Dios, que nos habla?
4. ¿Quieres aceptar la invitación que te hace Jesús a subir con Él a la “montaña” de la oración para bajar a la “planicie” del compromiso?
Terminemos nuestra reflexión orando con el…
El Señor reina, altísimo sobre la tierra
El Señor reina, la tierra goza, / se alegran las islas innumerables. / Tiniebla y nube lo rodean, justicia y derecho sostienen su trono. R.
Los montes se derriten como cera / ante el dueño de toda la tierra; / los cielos pregonan su justicia, / y todos los pueblos contemplan su gloria. R.
Porque tú eres, Señor, / altísimo sobre toda la tierra, / encumbrado sobre todos los dioses. R.
¿Tienes alguna pregunta, duda, inquietud, sugerencia o comentario acerca de estas reflexiones?
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