Te comparto la
reflexión correspondiente al Domingo de Ramos Ciclo B 2018, sobre las lecturas
de la Biblia que se proclaman durante la Eucaristía de este día.
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Nota acerca de la fecha: En el 2018, corresponde al Domingo 25 de Marzo.
Comenzamos una nueva Semana Santa, y lo que celebramos es el gran misterio de todos los tiempos, lo más importante que ha ocurrido desde que el mundo es mundo: la liberación de la humanidad por un amor extremo... Pero, ante el amor extremo pueden darse diversas posturas. La traición es una de ellas. A todos nos cabe preguntarnos seriamente: ¿seré yo…?
La liturgia de hoy
gira alrededor de algunos temas claves: misión, fidelidad a la misión,
capacidad de escucha, confianza en Dios, presencia de Dios que consuela y
fortalece, humildad de Cristo, abajamiento para levantar, reconocimiento
divino, adoración, acción en favor de los pobres, traición, pascua, cena pascual,
eucaristía.
No me tapé el rostro ante los ultrajes, sabiendo que no quedaría defraudado
Mi Señor me ha dado una lengua de iniciado, para saber decir al abatido una palabra de aliento. Cada mañana me espabilaba el oído, para que escuche como los iniciados. El Señor me abrió el oído; y yo no resistí ni me eché atrás: ofrecí la espalda a los que me apaleaban, las mejillas a los que mesaban mi barba; no me tapé el rostro ante ultrajes ni salivazos. El Señor me ayuda, por eso no sentía los ultrajes; por eso endurecí el rostro como pedernal, sabiendo que no quedaría defraudado.
La experiencia del profeta nos anima a ir hasta las últimas consecuencias en el cumplimiento de la misión encomendada por Dios. El camino recorrido por el profeta (y también el recorrido por Jesús) nos deja claro que el triunfo sobre el mal y la superación del egoísmo solo son posibles a través de la propia donación amorosa. En esto nadie nos puede substituir.
Dar la vida. Esto se puede hacer de muchas formas.
Recordemos que en el libro del profeta Isaías se encuentran algunos poemas o cánticos que hablan de la misteriosa figura de un ‘Siervo’ de Dios. Se trata de un servidor fiel, que asume el sufrimiento que el cumplimiento de su misión le exige. La fe del pueblo antiguo de Israel reconoció en el servicio y en la entrega de este servidor un valor liberador, redentor y transformador. Los creyentes cristianos, algunos siglos después, retomaron estos cánticos y los aplicaron a Jesús de Nazaret, porque reconocieron que este Jesús había amado plenamente y, en consecuencia, había entregado su vida en el cumplimiento de su misión: ‘Que toda la humanidad se salve y llegue al conocimiento de la verdad’. Los primeros cristianos reconocieron que Jesús era, verdaderamente, el Siervo sufriente y siempre fiel de Dios.
El texto de la primera lectura corresponde al tercer cántico. Se destacan en este cántico varios aspectos que pueden servirnos para meditar:
1. Dios llama, convoca y envía para desarrollar una misión. ¿Has acogido el llamado? ¿Te has dejado seducir por Dios? ¿Qué misión vienes desarrollando, allí donde vives?
2. Como consecuencia de la misión el servidor debe confrontarse con el sufrimiento. ¿Qué sufrimientos se te han presentado como consecuencia del desarrollo de la misión? ¿Cómo asumes este sufrimiento? ¿Qué sentido le das?
3. ¿Qué es servir? ¿Qué es servir a Dios?
4. El servidor reconoce que para el desarrollo de la misión Dios le ha concedido oídos atentos y una lengua ajustada a la misión. Escuchar y hablar aparecen como dos elementos claves de la experiencia espiritual. ¿Sabes escuchar? ¿Qué significa hablar en nombre de Dios?
5. El servidor reconoce que Dios siempre ha estado ahí, presente: consolando, guiando, fortaleciendo. ¿Has experimentado esta presencia amorosa de Dios? ¿Te has abandonado en sus manos?
Se rebajó, por eso Dios lo levantó sobre todo
Cristo, a pesar de su condición divina, no hizo alarde de su categoría de Dios; al contrario, se despojó de su rango y tomó la condición de esclavo, pasando por uno de tantos. Y así, actuando como un hombre cualquiera, se rebajó hasta someterse incluso a la muerte, y una muerte de cruz. Por eso Dios lo levantó sobre todo y le concedió el "Nombre-sobre-todo-nombre"; de modo que al nombre de Jesús toda rodilla se doble en el cielo, en la tierra, en el abismo, y toda lengua proclame: Jesucristo es Señor, para gloria de Dios Padre.
Esta segunda lectura es un himno a través del cual los primeros cristianos quisieron expresar la grandeza de Cristo, el misterio de su misión y la exaltación que de Él hizo Dios Padre.
La comunidad cristiana de la ciudad de Filipos era una comunidad entusiasta, generosa y comprometida. Estaba atenta a las necesidades de los demás. ¿Tienen las comunidades cristianas de hoy [las parroquias, grupos y movimientos] estas características? Sin embargo, una comunidad con estas características podría caer en el orgullo y dejarse devorar por la vanidad. Ante este peligro, san Pablo recuerda a los cristianos quién es Jesús y con qué criterios, sentimientos y disposiciones vivió y realizó su misión. De esta manera, san Pablo toca lo fundamental: los sentimientos, disposiciones, actitudes, valores y criterios de los cristianos deben ser los mismos de Jesús.
¿Es la Iglesia fiel a este proyecto de vida?
El himno insiste en varios aspectos que nos invitan a reflexionar sobre nuestra propia experiencia de seguimiento de Jesús:
1. Jesús no fue arrogante. Escogió el camino de la humildad y de la obediencia a Dios. ¿Qué puedes decir de ti y del camino que has escogido transitar?
2. Jesús asume una metodología especial para desarrollar su misión: salir de sí mismo, buscar a quienes deben beneficiarse de su misión, ponerse a su alcance (abajarse) y entregarse a ellos a través del servicio. ¿Puedes asumir como propia la metodología de Jesús? ¿Qué formas de servicio has podido identificar en tu contexto?
3. La donación de Jesús, su amor extremo, despunta en el
reconocimiento que de Él hace Dios. Contrastan así, en el misterio de Jesús,
dos movimientos extremos: el rechazo por parte de los seres humanos (lo
asesinan) y el reconocimiento y exaltación por parte de Dios (le dio el nombre
sobre todo nombre). ¿Se registran estos dos movimientos actualmente? ¿Cómo vive
la Iglesia esta tensión?
Pretendían prender a Jesús a traición y darle muerte
Faltaban dos días para la Pascua y los Ázimos. Los sumos sacerdotes y los escribas pretendían prender a Jesús a traición y darle muerte. Pero decían:
- "No durante las fiestas; podría amotinarse el pueblo."
Estando Jesús en Betania, en casa de Simón, el leproso, sentado a la mesa, llegó una mujer con un frasco de perfume muy caro, de nardo puro; quebró el frasco y lo derramó en la cabeza de Jesús. Algunos comentaban indignados:
- "¿A qué viene este derroche de perfume? Se podía haber vendido por más de trescientos denarios para dárselo a los pobres."
Y regañaban a la mujer. Pero Jesús replicó:
+. "Dejadla, ¿por qué la molestáis? Lo que ha hecho conmigo está bien. Porque a los pobres los tenéis siempre con vosotros y podéis socorrerlos cuando queráis; pero a mí no me tenéis siempre. Ella ha hecho lo que podía: se ha adelantado a embalsamar mi cuerpo para la sepultura. Os aseguro que, en cualquier parte del mundo donde se proclame el Evangelio, se recordará también lo que ha hecho esta."
Judas Iscariote, uno de los Doce, se presentó a los sumos sacerdotes para entregarles a Jesús. Al oírlo, se alegraron y le prometieron dinero. Él andaba buscando ocasión propicia para entregarlo. El primer día de los Ázimos, cuando se sacrificaba el cordero pascual, le dijeron a Jesús sus discípulos:
- "¿Dónde quieres que vayamos a prepararte la cena de Pascua?"
Él envió a dos discípulos, diciéndoles:
+. "Id a la cuidad, encontraréis un hombre que lleva un cántaro de agua; seguidlo y, en la casa en que entre, decidle al dueño: "El Maestro pregunta: ¿Dónde está la habitación en que voy a comer la Pascua con mis discípulos?" Os enseñará una sala grande en el piso de arriba, arreglada con divanes. Preparadnos allí la cena."
Los discípulos se marcharon, llegaron a la ciudad, encontraron lo que les había dicho y prepararon la cena de Pascua. Al atardecer fue él con los Doce. Estando a la mesa comiendo, dijo Jesús:
+. "Os aseguro que uno de vosotros me va a entregar: uno que está comiendo conmigo."
Ellos, consternados, empezaron a preguntarle uno tras otro:
- "¿Seré yo?"
Respondió:
+. "Uno de los Doce, el que está mojando en la misma fuente que yo. El Hijo del hombre se va, como está escrito de él; pero, ¡ay del que va a entregar al Hijo del hombre!; ¡más le valdría no haber nacido!"
El texto del evangelio es el de la Pasión. Por razones prácticas sólo ha sido transcrita una parte del mismo.
La Pasión aparece como el momento supremo de la vida de Jesús y del desarrollo de su misión. Jesús crucificado revela el amor extremo; Él es la expresión concreta del ser humano maduro.
El relato de la pasión (propuesto por el evangelista Marcos) es ya una catequesis que busca presentar a Jesús como Hijo de Dios que acoge y cumple la misión encomendada, hasta las últimas consecuencias.
La cruz – que en la época de Jesús era el símbolo de una muerte ignominiosa y cruel aplicada por el imperio romano a los ‘indeseables’ - es (debe ser) para el creyente cristiano el símbolo del amor extremo, de la solidaridad total de Dios con la humanidad, del intento desmedido de Dios de unir el cielo (Él) con la tierra (la humanidad) y así reconciliarlo todo.
¿Se habrá perdido este esfuerzo divino?
El relato insiste, entre otras cosas, en un tema complejo: la traición. “Os aseguro que uno de vosotros me va a entregar”. Quizá sea necesario retomar estas palabras de Jesús y hacer un serio examen… Al fin y al cabo, nosotros, creyentes, también comemos del mismo plato.
"¿Seré yo?"
Terminemos nuestra reflexión orando con el…
Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?
Al verme, se burlan de mí, / hacen visajes, menean la cabeza: / "Acudió al Señor, que lo ponga a salvo; / que lo libre, si tanto le quiere." R.
Me acorrala una jauría de mastines, / me cerca una banda de malhechores; / me taladran las manos y los pies, puedo contar mis huesos. R.
Se reparten mi ropa, / echan a suertes mi túnica. / Pero tú, Señor, no te quedes lejos; / fuerza mía, ven corriendo a ayudarme. R.
Contaré tu fama a mis hermanos, / en medio de la asamblea te alabaré. / Fieles del Señor, alabadlo; / linaje de Jacob, glorificadlo; / temedlo, linaje de Israel. R.
¿Tienes alguna pregunta, duda, inquietud, sugerencia o comentario acerca de estas reflexiones?
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