Te comparto la reflexión correspondiente al Cuarto Domingo de Adviento Ciclo A 2016, sobre las lecturas de la Biblia que se proclaman durante la Eucaristía de este día.
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Nota acerca de la fecha: En el 2016, corresponde al Domingo 18 de Diciembre.
¡Qué duro es sentirse abandonado, olvidado, no significativo para nadie!
Sin duda, las relaciones
nos hacen existir humanamente; los vínculos le dan sentido a nuestra vida.
Desde esta perspectiva, podemos acercarnos – en este tiempo de Adviento – al
acontecimiento del nacimiento de Jesús: Dios es relación, comunicación,
encuentro. Y no quiere que la humanidad esté sin Él. Por eso las lecturas de la
Biblia de este domingo nos recuerdan que celebrar la Natividad de Jesús (la
encarnación) es celebrar el hecho de que Dios esté con nosotros. Eso es Jesús:
“Dios–con-nosotros” para darle sentido a la vida, para vencer el mal, para
desarrollar procesos creativos.
Mirad: la virgen está encinta
En aquellos días, el Señor habló a Acaz: "Pide una señal al Señor, tu Dios: en lo hondo del abismo o en lo alto del cielo." Respondió Acaz: "No la pido, no quiero tentar al Señor." Entonces dijo Dios: "Escucha, casa de David: ¿No os basta cansar a los hombres, que cansáis incluso a mi Dios? Pues el Señor, por su cuenta, os dará una señal: Mirad: la virgen está encinta y da a luz un hijo, y le pondrá por nombre Emmanuel, que significa "Dios-con-nosotros"."
En la primera lectura, el profeta Isaías anuncia que Dios no abandona al pueblo de Israel (que simboliza todo pueblo, la humanidad entera), sino que quiere estar con él, acompañarlo en su recorrido histórico. E invita al pueblo a poner en Dios su esperanza.
Puntos clave de la primera lectura. Proponemos los siguientes puntos para la meditación de este texto del libro del profeta Isaías:
Recordemos que hacia el año 734 a.C., el rey Acaz reinaba en Judá, que era la parte sur del país, que se había dividido. Judá gozaba de cierta prosperidad económica y de una relativa tranquilidad política.
Pero el imperio Asirio amenazaba con invadir toda esta región. Las cosas se complican cuando Pekaj (rey de la parte norte del país) intenta aliarse con otros reyes para atacar a Asiria. Pekaj invita a Acaz a entrar en esta alianza anti-Asiria, pero Acaz se rehúsa. Esto provoca la ira de Pekaj, que se une al rey de Siria para agredir a Judá. Acaz se asusta y decide, a su turno, pedir ayuda a los mismos asirios para hacer frente a este ataque.
En ese contexto, el profeta Isaías aparece y advierte al rey Acaz que esa no debe ser la manera de resolver la situación, y que debe asumir una postura menos guerrerista y más espiritual: confiar en Dios y no en las ‘otras potencias’; resolver el problema por el diálogo y no por las armas.
Isaías le advierte que aliarse con Asiria puede resolver momentáneamente el problema, pero que – a la larga – Asiria se aprovechará de la situación y se apoderará no sólo del reino del Norte, sino también del reino del Sur. Isaías deja claro que aliarse con Asiria será equivalente a poner el país en las manos de este imperio poderoso de la época, que no durará en dominar y en generar mayor sufrimiento.
Acaz insiste en pedir ayuda a Asiria y, por eso, el profeta Isaías (este es el texto de hoy) vuelve a hablarle y le pide que, si no cree en sus recomendaciones, pida a Dios una señal a Dios, para que así pueda decidir lo que es mejor para el país. Ante la terquedad de Acaz (que no quiere pedir a Dios una señal), el mismo profeta da al rey la señal: un niño nacerá, que será llamado ‘Emmanuel’, que significa ‘Dios-con-nosotros’. No sabemos a quién se refería el profeta con este anuncio, pero – algunos siglos después – los cristianos retomarán este texto y se lo aplicarán a Jesús para confesar su fe: para los cristianos Jesús de Nazaret, el niño nacido de María es ese ‘Emmanuel’ esperado. Su nacimiento, su vida, su misión, su mensaje nos revelará que no sólo Judá, sino la humanidad y la creación entera tendrán futuro.
¿Qué nos queda de este texto?
Jesús nacerá de María, desposada con José, hijo de David
El nacimiento de Jesucristo fue de esta manera: María, su madre, estaba desposada con José y, antes de vivir juntos, resultó que ella esperaba un hijo por obra del Espíritu Santo. José, su esposo, que era justo y no quería denunciarla, decidió repudiarla en secreto. Pero, apenas había tomado esta resolución, se le apareció en sueños un ángel del Señor que le dijo: "José, hijo de David, no tengas reparo en llevarte a María, tu mujer, porque la criatura que hay en ella viene del Espíritu Santo. Dará a luz un hijo, y tú le pondrás por nombre Jesús, porque Él salvará a su pueblo de los pecados." Todo esto sucedió para que se cumpliese lo que había dicho el Señor por el Profeta: "Mirad: la Virgen concebirá y dará a luz un hijo y le pondrá por nombre Emmanuel, que significa "Dios-con-nosotros"." Cuando José se despertó, hizo lo que le había mandado el ángel del Señor y se llevó a casa a su mujer.
En el evangelio, se nos presenta a Jesús de Nazaret como “Dios-con-nosotros”; Dios que viene al encuentro de la humanidad, para ofrecer su amor y hacer una propuesta de salvación, que apela a la conciencia y a la libertad de cada persona.
Puntos clave de la primera lectura. Proponemos los siguientes puntos para la meditación de este texto del evangelio de Mateo:
El texto propuesto pertenece a la parte del evangelio de Mateo conocida como ‘evangelio de la infancia’. Este tipo de composición teológica no pretende ser un relato historiográfico de los acontecimientos, sino una catequesis (por tanto, un texto con intencionalidad teológica) destinada a proclamar algunas realidades de fe, centradas en la salvación. Recordemos que el concepto de salvación es un concepto teológico.
El texto es presentado bajo la forma de una narración y lo que nos interesa no es la reconstrucción de los acontecimientos, sino percibir lo que la iglesia naciente quiso compartirnos y enseñarnos sobre Jesús:
Hay en el texto otro aspecto que es importante aclarar. En él se mezclan tanto el mensaje teológico como el elemento cultural: La situación de María y José.
El matrimonio, en esa cultura y en ese tiempo, se realizaba en etapas: una primera etapa, en la cual los novios se prometían el uno al otro (eran los esponsales); y una segunda etapa, en la que propiamente se hacía el compromiso definitivo (eran las ceremonias del matrimonio propiamente dicho). Entre las dos etapas, pasaba un tiempo más o menos largo, en el cual cualquiera de las dos partes podía echarse para atrás, lo cual podía tener alguna ‘penalidad’.
Durante la primera etapa (esponsales) los novios no vivían juntos, pero el compromiso que los dos tenían era serio y tenía carácter estable, de modo que si aparecía un hijo éste era considerado hijo legítimo de la pareja.
En este contexto, la infidelidad de la prometida (recordemos que estamos en una cultura patriarcal) era considerada ofensa grave. Además, la unión entro los dos prometidos sólo podía disolverse mediante acta de divorcio. María y José estaban, pues, en situación de prometidos, ya habían celebrado los esponsales. Faltaba la segunda fase del proceso matrimonial.
¿Qué es lo que esta catequesis pretende?
¿Qué nos queda de este texto del evangelio?
Jesucristo, de la estirpe de David, Hijo de Dios
Pablo, siervo de Cristo Jesús, llamado a ser apóstol, escogido para anunciar el Evangelio de Dios. Este Evangelio, prometido ya por sus profetas en las Escrituras santas, se refiere a su Hijo, nacido, según la carne, de la estirpe de David; constituido, según el Espíritu Santo, Hijo de Dios, con pleno poder por su resurrección de la muerte: Jesucristo, nuestro Señor. Por Él hemos recibido este don y esta misión: hacer que todos los gentiles respondan a la fe, para gloria de su nombre. Entre ellos estáis también vosotros, llamados por Cristo Jesús. A todos los de Roma, a quienes Dios ama y ha llamado a formar parte de los santos, os deseo la gracia y la paz de Dios, nuestro Padre, y del Señor Jesucristo.
En la segunda lectura, el autor de la carta nos recuerda que el verdadero encuentro con Jesucristo debe transformar a la persona y, de esta transformación (cuando es real), brotará – de manera natural – el testimonio de vida. Es de esta manera que Jesús y su mensaje llega a toda la humanidad y se extiende, de manera silenciosa pero eficaz en todos los ambientes.
Puntos clave de la primera lectura. Proponemos los siguientes puntos para la meditación de este texto de la Carta de san pablo a los romanos:
Recordemos que la Carta de san Pablo a los romanos es una carta escrita casi al final de la vida del apóstol Pablo. Pablo se prepara para viajar a Corinto con destino a Jerusalén. El apóstol siente que, habiendo terminado su misión en Asia Menor, debe ir a Occidente (de hecho piensa ir a España).
Estamos entre el año 57 y el 58 d.C.. Pablo se encuentra preocupado por el futuro de la Iglesia, pues se evidencian tensiones fuertes entre los cristianos surgidos del judaísmo y los cristianos surgidos del paganismo (es decir, de los demás pueblos distintos del pueblo de Israel).
En la comunidad cristiana establecida en Roma estas diferencias parecen sentirse con mucha fuerza. Lo que está en juego es la unidad de la Iglesia y la centralidad de Cristo. Si Cristo es realmente el centro, ya no deberá importar la raza, la pertenencia a un pueblo, la cultura, el nivel social, pues Cristo será el fundamento y el alma de todos los cristianos. Pablo escribe, entonces, para enfatizar en aquello que une a todos los cristianos:
Estos elementos pueden, sin duda, enriquecer nuestra meditación.
Terminemos nuestra reflexión orando con el…
Va a entrar el Señor, Él es el Rey de la gloria.
Del Señor es la tierra y cuanto la llena, / el orbe y todos sus habitantes: / Él la fundó sobre los mares, / Él la afianzó sobre los ríos. R.
¿Quién puede subir al monte del Señor? / ¿Quién puede estar en el recinto sacro? / El hombre de manos inocentes / y puro corazón, / que no confía en los ídolos. R.
Ése recibirá la bendición del Señor, / le hará justicia el Dios de salvación. / Éste es el grupo que busca al Señor, / que viene a tu presencia, Dios de Jacob. R.
¿Tienes alguna pregunta, duda, inquietud, sugerencia o comentario acerca de estas reflexiones?
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